¡Hola!
Somos Estela y Alba y nos hemos unido por un motivo en común: el amor incondicional por la vida. Juntas hemos abierto un espacio para compartir nuestra experiencia con todo aquel que lo desee. Un lugar donde tenemos mas cosas en común que en contra y en el cual lo que entiende uno lo aprendemos todos.
En Artchemy, como en Shambala Escuela de Dioses, recordarás que eres capaz de crear lo que seas capaz de imaginar ¡y mucho más!
En Artchemy, como en Shambala Escuela de Dioses, recordarás que eres capaz de crear lo que seas capaz de imaginar ¡y mucho más!
Alba Plaza Riera
Me llamo Alba y nací en Mallorca en pleno equinoccio de invierno.
Desde siempre me he sentido atraída por la expresión de la belleza en todas sus formas.
Me fascina el pulso aparentemente invisible que compone cada obra, y la calidad emocional de cada gesto creativo.
También desde siempre soy PAS, aunque durante mucho tiempo eso pasó desapercibido para mi entorno.
Para poder sobrevivir, siguiendo la sabiduría de mi subconsciente, encontré en el arte una vía de exploración y transformación.
Sin darme cuenta, estaba generando oxitocina y bajando el cortisol, haciendo del arte un canal para restaurar y alinear el equilibrio y la armonía.
Con el tiempo, y gracias a que Estela apareció en mi camino, todo ese aprendizaje tomó forma y encajó de tal manera que decidí dedicar mi vida a compartir las herramientas que tanto me habían ayudado. Convertí el proceso artístico en instrumento y espacio de metamorfosis.
En lo académico, estudié Diseño Gráfico en la ESDIB y me especialicé en ilustración en la Escuela de Artes y Oficios de Granada. Rompí pronto con la visión corporativa para explorar un lenguaje más poético. Viví en Berlín, donde colaboré con medios como DIE ZEIT, además de editoriales, festivales y proyectos vinculados al diseño, la música y la publicidad.
Más tarde regresé a Mallorca y estudié Arte Dramático, aunque pronto sentí desencanto al toparme con un entorno donde la presión y el estrés eran el pan de cada día. Eso me llevó a abrirme a nuevas disciplinas: técnicas holísticas, espirituales, educativas y psicológicas, así como la Neuroeducación. Todas ellas me ayudaron a comprender mejor mis emociones y a cuestionar un sistema que fomenta la competencia y la comparación, alejándonos de lo esencial: que todos tenemos en común nuestra propia vida.
Junto a Estela participé en la creación de Shambala Escuelas de Dioses. Formamos parte del Congreso Internacional de Astrología, la feria de Salud y Mente de Llucmajor, y fuimos finalistas en el Art Jove, entre otras experiencias. Más adelante fundamos ARTCHEMY, un espacio para compartir desde otro lugar: recordando que nunca se trató de encajar, sino de crear y habitar nuestro propio molde.
Desde siempre me he sentido atraída por la expresión de la belleza en todas sus formas.
Me fascina el pulso aparentemente invisible que compone cada obra, y la calidad emocional de cada gesto creativo.
También desde siempre soy PAS, aunque durante mucho tiempo eso pasó desapercibido para mi entorno.
Para poder sobrevivir, siguiendo la sabiduría de mi subconsciente, encontré en el arte una vía de exploración y transformación.
Sin darme cuenta, estaba generando oxitocina y bajando el cortisol, haciendo del arte un canal para restaurar y alinear el equilibrio y la armonía.
Con el tiempo, y gracias a que Estela apareció en mi camino, todo ese aprendizaje tomó forma y encajó de tal manera que decidí dedicar mi vida a compartir las herramientas que tanto me habían ayudado. Convertí el proceso artístico en instrumento y espacio de metamorfosis.
En lo académico, estudié Diseño Gráfico en la ESDIB y me especialicé en ilustración en la Escuela de Artes y Oficios de Granada. Rompí pronto con la visión corporativa para explorar un lenguaje más poético. Viví en Berlín, donde colaboré con medios como DIE ZEIT, además de editoriales, festivales y proyectos vinculados al diseño, la música y la publicidad.
Más tarde regresé a Mallorca y estudié Arte Dramático, aunque pronto sentí desencanto al toparme con un entorno donde la presión y el estrés eran el pan de cada día. Eso me llevó a abrirme a nuevas disciplinas: técnicas holísticas, espirituales, educativas y psicológicas, así como la Neuroeducación. Todas ellas me ayudaron a comprender mejor mis emociones y a cuestionar un sistema que fomenta la competencia y la comparación, alejándonos de lo esencial: que todos tenemos en común nuestra propia vida.
Junto a Estela participé en la creación de Shambala Escuelas de Dioses. Formamos parte del Congreso Internacional de Astrología, la feria de Salud y Mente de Llucmajor, y fuimos finalistas en el Art Jove, entre otras experiencias. Más adelante fundamos ARTCHEMY, un espacio para compartir desde otro lugar: recordando que nunca se trató de encajar, sino de crear y habitar nuestro propio molde.
Estrella de Belén Jimenez
Nací el 25 de diciembre en Caniles (Granada). Me llamo Estrella de Belén, pero me llaman Estela. Estudié E.G.B., pero aprendí en el recreo; estudié Formación Profesional, pero aprendí de los profesores; estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero aprendí en el negocio familiar; estudié Protocolo y Etiqueta Social, pero aprendí trabajando en un banco; estudié Trabajo Social, pero aprendí trabajando en un aeropuerto y como voluntaria en la Cruz Roja. Allí me di cuenta de que nada me había preparado para gestionar mis emociones.
En la búsqueda de herramientas, volví a estudiar: Filosofía, Naturopatía, Acupuntura, Homeopatía, Ayurveda, Kinesiología, Alimentación Consciente, Orto-molecular y Macrobiótica, Reiki Usui y Karuna, Quiromancia, Astrología, Numerología Pitagórica, Meditación, Ho’oponopono, Shiatsu, PNL, Mindfulness. Pero era de la vida de la que aprendía; fue la enfermedad la que me enseñó, las personas que hay detrás de su profesión, de mi familia, de mis amigos y de mis enemigos. Comprendí que todos tenemos este momento en común, que todos estamos buscando el equilibrio, en la voluntad que mueve nuestro libre sentir… el amor. Que todos tenemos la intención de ser la mejor versión de nosotros mismos, y que, compartiendo el conocimiento, aumenta la plenitud.
Fui consciente de que en nuestro interior siempre disponemos de las herramientas necesarias para vivir y disfrutar de nuestras vidas, y puede que nos sorprendan: la ilusión, la magia y la alegría; viviendo, o lo que es igual, bailando felices la danza cósmica del amor, en el único planeta en el que se puede… la Tierra.
En la búsqueda de herramientas, volví a estudiar: Filosofía, Naturopatía, Acupuntura, Homeopatía, Ayurveda, Kinesiología, Alimentación Consciente, Orto-molecular y Macrobiótica, Reiki Usui y Karuna, Quiromancia, Astrología, Numerología Pitagórica, Meditación, Ho’oponopono, Shiatsu, PNL, Mindfulness. Pero era de la vida de la que aprendía; fue la enfermedad la que me enseñó, las personas que hay detrás de su profesión, de mi familia, de mis amigos y de mis enemigos. Comprendí que todos tenemos este momento en común, que todos estamos buscando el equilibrio, en la voluntad que mueve nuestro libre sentir… el amor. Que todos tenemos la intención de ser la mejor versión de nosotros mismos, y que, compartiendo el conocimiento, aumenta la plenitud.
Fui consciente de que en nuestro interior siempre disponemos de las herramientas necesarias para vivir y disfrutar de nuestras vidas, y puede que nos sorprendan: la ilusión, la magia y la alegría; viviendo, o lo que es igual, bailando felices la danza cósmica del amor, en el único planeta en el que se puede… la Tierra.